La sepsis es uno de los mayores desafíos de la medicina contemporánea, siendo hoy en día un importante problema sanitario debido a su alta incidencia, morbilidad y mortalidad. La sepsis es una patología tiempo dependiente y se estima que cada hora de retraso en la administración del tratamiento antibiótico adecuado aumenta la mortalidad en un 7,6%.

La Dra. María Ángeles Orellana, responsable de la Sección de Hemocultivos del Hospital Universitario 12 de Octubre en Madrid, habla sobre como un cambio en la tecnología de diagnóstico de hemocultivos y una visión más allá del laboratorio de microbiología ha hecho posible reducir drásticamente el tiempo para informar sobre el hemocultivo en este hospital terciario. A continuación puedes ver la entrevista completa en video:

¿Cuál era la realidad de tu laboratorio antes de introducir esta tecnología?

Dra. Orellana: En el diagnóstico de la sepsis, el hemocultivo sigue siendo la técnica de referencia (gold estándar) y una reducción en el tiempo de detección (TTD) tiene un impacto favorable en la evolución del paciente.

En condiciones estándar, el diagnóstico definitivo en hemocultivos estaría completo a partir de las 48-72 horas. Hoy en día existen nuevas tecnologías como MALDI-TOF o las PCRs múltiples, que permiten acortar los tiempos de detección significativamente. Sin embargo esta reducción en el tiempo no podría tener significación si el tiempo que transcurre entre la venopunción y la incubación de los hemocultivos se prolonga. Las guías recomiendan que este tiempo no supere las dos horas, y es muy común que en los laboratorios que no trabajan las 24 horas esta indicación no se pueda cumplir, y que las muestras queden almacenadas durante la noche sin introducirse en los incubadores.

En nuestro caso, antes teníamos los sistemas de hemocultivos BACT/ALERT® 3D, que al igual que otros sistemas del mercado necesitan previa manipulación de la muestra para su introducción en el sistema, lo que impedía su externalización. Además, hasta la pandemia de la COVID-19 no teníamos laboratorio 24 horas, por lo que de lunes a viernes de 8 am – 3pm las muestras llegaban directamente al laboratorio de Microbiología para su procesamiento y a partir de las 3 pm y fines de semana las muestras quedaban almacenadas en el laboratorio central hasta la mañana siguiente.

¿En qué consistió el proyecto?

Dra. Orellana:  como comentaba antes, hasta la pandemia de la COVID-19 no teníamos laboratorio 24 horas. Sin embargo, afortunadamente todo cambió con la aparición de VIRTUO®, un sistema de hemocultivos totalmente automatizado muy fácil de utilizar y que no necesita manipulación de la muestra, ya que la carga y la descarga es totalmente automática. Esto nos permitió ubicar dos sistemas VIRTUO® en el laboratorio de Urgencias donde las botellas son introducidas directamente en los sistemas fuera del horario de trabajo del laboratorio de microbiología, y así favorecer a la reducción en el flujo del diagnóstico.

¿Cómo se comunican con el laboratorio de urgencias para actuar nada más se detecta una señal positiva de hemocultivo?

Dra. Orellana: Los 3 sistemas VIRTUO® están conectados en red a través del Software MYLA® de bioMérieux, el cual nos permite saber en todo momento cuándo se ha emitido una señal de positividad. Además, contamos con un semáforo de luces que nos permite ver de manera directa y más visual desde el laboratorio de microbiología cuando un hemocultivo es positivo, por lo que vamos rápidamente a por las botellas y las trabajamos.

¿Qué han conseguido con este cambio de tecnología y de flujo de trabajo?

Dra. Orellana: Hemos conseguido disminuir el tiempo que transcurre desde extracción del hemocultivo hasta la incubación de unas 7,6 horas a menos de 2 horas (Tabla 1).

Tabla 1. Tiempo de Transporte (ET)

¿Cómo abordasteis este cambio para que fuera aceptado por el resto de la organización?

Dra. Orellana: como este cambio en el flujo de trabajo iba más allá de la responsabilidad del laboratorio de Microbiología, fue fundamental poder contar con el apoyo de la Dirección del hospital, quien mostró mucho interés por esta iniciativa gracias a la importancia y coste-eficacia de la misma. Además, desde microbiología nos encargamos de dar una charla al personal del laboratorio de Urgencias ya que iban a ser ellos los responsables de depositar las botellas en el sistema. En esta charla tratamos de transmitir la importancia e impacto que este cambio tiene en el paciente, que es básicamente el principio por el que nos guiamos. No lo vieron como una carga adicional de trabajo, sino como un beneficio para el paciente.

Habéis mejorado mucho la pre-analítica optimizando procesos y la analítica gracias a los beneficios de VIRTUO ¿Qué otro factor consideras importante?

Dra. Orellana: dentro del flujo de diagnóstico encontramos tres fases: fase pre-analítica, fase analítica y fase post-analítica, y son los tres procesos en conjunto los que se deben optimizar. En este caso hemos conseguido mejorar las dos primeras fases gracias a la introducción de VIRTUO®, que además tiene un algoritmo que permite reducir el tiempo de detección en más de 3 horas con respecto a BACT/ALERT® 3D. Sin embargo, de nada sirve tener la mejor tecnología y obtener un resultado mucho más rápido si no se comunica de manera eficaz al clínico, ya que es éste el encargado de orientar el tratamiento antibiótico del paciente. Son todos estos factores los que deben estar aunados para que sea beneficioso para el paciente, siendo la eficacia en la interacción con el clínico uno de los factores clave más importantes.

¿Recomendarías este cambio?

Dra. Orellana: Yo sí que lo recomendaría. Siempre y cuando tengan posibilidades y trabajen en un laboratorio que no tenga servicio 24 horas, es muy recomendable porque acortaría mucho el tiempo de los procesos y además sería la manera de mantener una actividad las 24 horas aunque el laboratorio de Microbiología esté cerrado.

Puedes consultar la publicación online a través de este enlace:

Orellana, M.A., Chaves, F. & Delgado, R. Improved blood culture workflow in the time to detection of microorganisms placing incubators systems outside of microbiology laboratory. Braz J Microbiol 51, 1103–1108 (2020). https://doi.org/10.1007/s42770-020-00298-x